Revista : Colónida
Surgió como “Revista quincenal de Literatura, Arte, Historia y Ciencias Sociales”. El nombre de “Colónida”, que iba unido al dibujo de las carabelas en la carátula, era como una advertencia a que se estaba ante “una secuela de la obra de Colón, un pie en un nuevo mundo: el de la nueva literatura” (Luis Alberto Sánchez, en el prólogo de la reedición facsimilar de la revista en1981).
La revista tuvo, empero, una duración efímera. Se publicaron solo cuatro números: el primero, el 18 de enero de 1916; el segundo, el 1º de febrero; el tercero, el 1º de marzo, y el cuarto y el último, el 1º de mayo. En los tres primeros números figuróAbraham Valdelomar como director; en el cuarto y último se presume que lo dirigió Federico More.
Como detalles adicionales, las portadas de los tres primeros números de la revista lucieron retratos al carbón realizados por el mismo Valdelomar: los de poetas José Santos Chocano, José María Eguren y Percy Gibson, respectivamente. El cuarto número ostentó una fotografía de Javier Prado y Ugarteche, entonces rector de la Universidad de San Marcos.
Importancia de la Revista Colónida
Pese a su brevedad, esta revista tuvo una significación importante en el desarrollo de la literatura peruana. Insurgió contra el academicismo y contra las influencias aun persistentes de tendencias literarias ya caducas, como el costumbrismo y el romanticismo. Atrajo a sus páginas a los jóvenes escritores procedentes de las provincias. Pero no dejó de rendir homenaje a los representantes de la generación precedente dignos de su admiración, como Manuel González Prada (cuyo hijo Alfredo fue colaborador de la revista) y José Santos Chocano.
El Contenido
Lo que podríamos llamar el editorial del primer número titulado "Falsa Carátula", es una confirmación del propósito de novedades metafóricas y verbales que animaba a Valdelomar. También allí se hizo publicidad a Las voces múltiples. Alfredo González Prada incluyó una carta de Rodó; Alberto Ulloa Sotomayor, exhumó al ya olvidado poeta Nicanor Della Roca de Vergallo, gran bohemio del siglo XIX, a quien Victor Hugo, Verlaine, Mallarmé, Leconte de Lisle y otros grandes escritores franceses alabaron y recomendaron al congreso del Perú para que se le otorgase una pensión en Francia.
En el segundo y tercer número, se insertó un violento y oratorio ataque de Federico More a Ventura García Calderón así como una penetrante crítica elogiosa deJosé María Eguren por Enrique A. Carrillo (Cabotín). Un reportaje sintético de Valdelomar al aviador brasileño Dumont; sonetos místicos de José Carlos Mariátegui; un largo poema, de corte civil, de Percy Gibson.
Finalmente, en el cuarto número, que ya no controló Valdelomar, un elogio de los estupefacientes y una diatriba contra el alcoholismo, en el editorial que, indudablemente escribió Federico More, adicto a dos de los "paraísos" artificiales, entonces en limitadísima boga.
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